jueves, 25 de septiembre de 2014

Porque tú uno más que yo?

¿Por qué tú uno más que yo?

Cuando se habla de los problemas del "matrimonio" casi todos opinan que el primer  año es el más difícil, que habrán de definir su espacio, que la familia puede ocasionar  algunas discusiones, sin embargo ninguna de estas cuestiones es tan desgastante como la de compartir. 
Y si ya se que al fin de cuentas el matrimonio es eso: compartir. 
Y bueno se la pasa uno bien compartiendo las vacaciones, la camita, el fin de semana, la tv, el control de la tv, el restaurante, la peli que van a ver en el cine, la música que escuchan en sus tiempos compartidos, las fiestas, los amigos, las amigas, las mascotas que adoptan, sus celulares, el face de él, el face de ella, el papel del baño, la pasta dental, bueno hasta el shampoo para risos definidos, sin mencionar los detalles no gratos como la peda donde  perdió el estilo y la tuvo que cargar hasta el baño, o como la vez que por andar comiendo en las tortas del centro él se enfermó terrible del estómago, o los odiosos días de furia sin sentido de ella seguidos de la depre chocolatera, o los ronquidos del señor nivel orquesta sinfónica a las 4 AM acompañados de uno que otro pedorrin que se escapa de entre sus pompas. Todo eso bien y hasta se siente uno vivo. 
Pero lo que nadie dice y es algo terrible es el compartir las golosinas!! 
Resulta ser que cuando de dulces se trata siempre tendrá que comer uno más que el otro, ahí no hay igualdad!!! Esa si que es una injusticia y casi causa de divorcio! 
Salta entonces a la luz la insufrible discusión de "¿por que te compraste más dulces y a mi menos?", "¿por que te devoras tus dulces y luego sigues con los míos?", "¿por que siempre tienes que pedir una golosina más que yo?", "¿por que te comes mis dulces que he guardado para luego?" jajaja
Tramposos no nos advierten!!! Y nos impulsan en nuestros delirios de amor y juntos por siempre!!!

Ahora volvemos a ser niños. 
Felices 14 años, o más, de matrimonio!!!!
 

lunes, 8 de septiembre de 2014

Perdiendo la llave

Aceptar que todos somos uno no es cosa fácil, estamos tan  fragmentados individualmente que resulta todo un lío armarnos nuevamente
y hacer lo mismo con el todo y con todos es algo casi titánico, sin embargo cuando encuentras la llavecita todo resulta más sencillo...
La Llavecita, si! 
así...
que fácil no?

La verdad es que no es nada fácil  mirar con los ojos del otro,
más si el "otro" es un real hijo de puta que te ha venido a chingar la vida en un momento dado... pero hay que intentarlo.

Y desde mi universo voy intentando empatar y unirme en alma con los
doctores que quizás lo intentaron todo y ante mis ojos no lograron nada... 
Intentando ser uno con la enfermera que lo maltrato en su desesperación porque no quiso comer aquel día que su estomago ya no soportaba un gramo mas por que estaba siendo aplastado por los tumores de sus riñones... 
Volverme una con el intendente que nunca tuvo el sentido común de empatizar con el sueño de todos los enfermos a los que sobresaltaba con
sus azotones de botes de basura a las 3:00 de la mañana...
Volverme una con el que le amo o le odio tanto que le dio el dulce beso de la muerte segura y me lo arrebato con la herencia de una enfermedad que dicen no existe... 
Abrir mi alma y fundirla con la que, 
en mi momento más desesperado, 
me escucho y 
tomo su alma sin dolor ni pena dejándome solo su vacío cuerpo...
Todos somos Uno...
...creo que extravié la llave...
Mon Moroag.


Psicópatas

Psicópatas. 

Estupefacto miraba desde el pasillo. No podía creer lo que veía, cuando, con un grito iracundo ella le ordeno:
-¡calla y arregla de una vez el water, que gotea!
de mala gana y con hastío casi le susurró:
-esta bien, pero la próxima vez no los desnuques contra el inodoro. 
P. Mon Moroag 
Microrelatos 2012. 
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